Rumor has it: crítica de película nefasta
Me acabo de ver Rumor has it, la película con Costner, Ruffalo y Aniston.
Excelente película. Buena trama (hilando hábilmente en la cultura popular que ha quedado heredada desde "The graduate"). Buena actuación. Excelente cadencia de eventos. Sólo tengo realmente una (monumental) queja. Sigue leyendo para averiguar cuál es.
Es estupidísima. Vale tres atados. La detesto.
¿Cómo una película supertaquillera, que será vista por más de diez millones de mujeres (y, proporcionalmente, un altísimo número de hombres) puede contribuir a perpetuar patrañas tan nefastas?
You see, en la película, la man cuyo papel desempeña Jennifer Aniston se acuesta con un man... que se acostó con su madre y su abuela también (claro, es un man veterano, entonces ponen a Costner a hacer ese papel). Evidentemente el veterano es un arrecho: se maneja su pinta (encima, de viejo), se pudre en billete, y tiene los modales de un miembro de la realeza, así que no es sorpresa que se haya comido a la familia entera de zorras. Por cierto, en lo que respecta a este caso, everything's just fine by me.
Pero el asunto no acaba ahí. ¡Nononoseñor! Resulta que tanto Aniston como su drema (significa "madre", para los ignorantes que no saben insultar) se acostaron con el arrecho (Beau Burroughs, interpretado por Costner) exactamente una semana de casarse, ambas. Sí señor, ambas zetas estaban comprometidas y se iban a casar, y ambas se escaparon (estando comprometidas, vuelvo y repito) con el man. Y ambas terminan casándose con sus respectivos prometidos.
Y lo peor de todo es que Hollywood tiene la cachasa (el atrevimiento) de presentarlos a estos dos peleles (los prometidos, Mark Ruffalo y un viejo que no interesa, que vendría a ser el padre de Aniston) como "novios que entendieron el affair y de todos modos se casaron con ellas, porque ellas les dijeron que los amaban". ¿Qué clase de farsa es esto, señores?
Me parece que los productores de la película deberían haber tenido algo más de conciencia social antes de fabricar esta pila de basura y mostrarla a tanta gente. Para quienes todavía no entienden lo que he implicado con este artículo hasta el momento: no, chucha, no está bien que una pelada le ponga los cachos al prometido, regrese, pongan una o dos canciones románticas, ella suelte un par de lágrimas y diga "te amo" -- esa huevada es simplemente un exceso de audacia.
Y lo que es peor, que Hollywood lo presente en pantalla grande como algo "perdonable" y "aceptable", y ponga a los actores a hacer el papel de "bueno, ella sí me ama porque a fin de cuentas regresó por mi, entonces la voy a aceptar de vuelta", es convertir al hombre promedio en un pendejo baboso alcahuete y perdedor necesitado de cariño y amor. Hollywood ha proyectado exitosamente un escupitajo en la cara de los verdaderos ganadores que se encuentran allá afuera.
Vaya y pase que el viejo de Aniston se case con la prometida después de que ella le puso los cachos, porque a todas luces el man era un loser. Pero que asome Mark Ruffalo unos minutos más tarde, vea a su prometida ponerle los cachos, para que el final de la película (que, legalmente, debería haber sido tristísimo, pues Ruffalo ni siquiera debió considerar abrirle la puerta a su ex-prometida) sea un final "perfecto" (perfecto para cualquier pelada desvergonzada, claro está)... es un abuso a mis neuronas y a las neuronas de la gente pensante.
Habrán muchos hombres allá afuera que terminarán por convertirse en perfectos perdedores después de ver esta bola de propaganda. Porque ¿qué clase de mensaje manda esta película? Tan sólo hago eco de las farsas constantemente presentes en el subtexto del filme, que extraje por ósmosis:
- "que te pongan los cachos es una ofensa perdonable",
- "las peladas se quedan con el chico bueno",
- "casarse a lo seguro" -- es decir, por conveniencia -- "es lo mejor",
- "hasta los ganadores se hacen de la vista gorda cuando aman a alguien" y, el más nefasto de todos,
- "la traición es moralmente tolerable siempre y cuando el traidor diga 'te amo' y aparente estar arrepentido".
Así es, señores, reciban con fanfarria a "Rumor has it". Esta película es la apología perfecta para todo cachudo, porque "ahora ya no me siento tan mal de que me hayan visto las huevas". También es la apología perfecta para todo traidor, porque "sé que me perdonarán si pongo de mi parte".
¡Punto de orden, señores! ¡Traición es traición, y es imperdonable! ¿Harían negocio con un individuo que les ha robado en ocasiones anteriores (así sólo sea una vez)? ¡No!, ¿no verdad? Es exactamente lo mismo en este caso. ¿Por qué? Ahí les va la lista, con lujo de detalles:
- Una pelada (o un pelado) que te ama no te pone los cachos. Barriga llena no anda viendo otros platos. De la misma forma, y por transitividad, un individuo que te traiciona no te ama. Aún si es que te amase (lo cual es técnicamente imposible, dada la definición de la palabra), si te pone los cachos con otras personas es automáticamente una pésima persona, inelegible para algo valedero.
- Un hombre (o una mujer) que tolera una traición lo hace únicamente porque prefiere estar mal acompañado a estar solo. ¿Entienden? Traición = mala compañía. Sólo los psicológicamente codependientes (entíendase "necesitados") y los pusilánimes permiten que suceda este tipo de huevadas.
¿Cómo se es ganador realmente? A base de control. Fuera de que un verdadero ganador jamás dejaría que las cosas llegasen a degenerar en cachos (porque les pondría un alto y fin mucho antes), un verdadero ganador sabría aguantarse las ganas de estar con una mala persona (sí, a veces hasta los mejores cometen errores, pero la diferencia con "los mejores" es que saben cómo manejarse a sí mismos durante la tormenta del error para obtener el mejor resultado posible). ¿Cómo sé esto yo? Lean esto:
Alguna vez leí que era posible saber si un niño sería exitoso a la corta edad de 5 años (con un altísimo índice de confianza, mucho mayor que las calificaciones de colegio o universidad). Era muy fácil: simplemente le preguntaban a los pelados si querían un chocolate ahora o preferían aguantarse a recibir dos chocolates mañana. Como es evidente, aquellos con mayor autocontrol preferían "invertir su chocolate actual" para obtener un "rédito del 100% a mañana". ¿Adivinen quiénes eran más exitosos y felices tras 30 años? (Si no adivinas, tarea para mañana).
Así es. Esta elemental habilidad -- el autocontrol -- sirve en todas las áreas. Es un gran diferenciador entre ganadores y perdedores. Lógicamente, casi está de más decir que los dos perdedores puestos en la pantalla grande por "Rumor has it" adolecían de una pequeña falta de autocontrol (esto lo digo estando consciente de que la película los muestra como "individuos que valen la pena"). Destilas la película por un alambique y ¿qué queda? Las pésimas decisiones de los pobres y tristes maridos. "Más vale solo que mal acompañado" es el anti-lema de la película.
Ah, fantasías Hollywoodenses. Definitivamente prefiero pensar en un niño robot que quiere a su mamita o alguna pendejada así.
Bueno, ahora voy a ver Aeon Flux. Espero que Charlize Theron y media de Marlboro puedan quitarme el malestar que esta porquería de dos dólares me ha dejado. Ah, y la cerveza y las mujeres, más tarde, en Sky Lounge. ¿Les he contado de Sky Lounge? ¿No? Bueno, eso queda para otro artículo.
Ah, una aclaración final. De mi conocimiento, nunca he sido cachudo... pero podría estar equivocado, ¿no?. Lo que sí sé con seguridad es que yo sí he puesto los cachos -- aunque estuve algo mareado, lo recuerdo todo.