Oscurantismo sexual en el Ecuador del siglo 21
Ustedes pensarían que en este momento, el Ecuador estaría más avanzado que nunca en materia de cultura y sociedad. ¡Error! Veamos las palabras de Pascual del Cioppo, diputado de la República, en la edición de hoy de el Universo, página 1D:
Para quienes tengan problemas de vista, o aborrezcan la pobre calidad de mi cámara, cito:
Del Cioppo, cooperante del Opus Dei (la línea más conservadora de la Iglesia Católica), opina que estos libros "son una invitación a tener relaciones sexuales", porque vuelven expertos a los jóvenes en el manejo de los anticonceptivos.
Yo no sé por qué Don Pascual está convencido de que los adolescentes son unas masas babeantes sin raciocinio o deseos. Probablemente él no se acuerde, pero cuando uno es adolescente, las ganas de tener sexo están ahí y son enormes. No se necesita un libro de sexualidad con pipís y vulvas para incitar al sexo -- el deseo sexual es perfectamente natural y no existe adolescente inocente sin deseos. Que tú opines que sea pecaminoso e inmoral no cambia el aplastante hecho de que el deseo estuvo, está y seguirá estando ahí.
Pascual: esto no es una disyuntiva "enseñar sexualidad y tener sexo" / "no enseñar sexualidad y no tener sexo" -- cualquiera que sepa las cifras sobre la cantidad de sexo adolescente se da cuenta de esto claramente. La disyuntiva es "enseñar sexualidad y que los muchachos tengan sexo con precaución" versus "no enseñar sexualidad y calarse que los adolescentes salgan embarazados y enfermos con STDs".
Sé que, por ser miembro del Opus Dei, vas a estar en contra de los anticonceptivos. A mí no me interesa tu opinión, y a la sociedad evidentemente tampoco le interesa, lo cual es evidente si ves la incidencia de sexo adolescente. A mí lo que me interesa (y asumo que a la sociedad también) es que hayan menos enfermedades y embarazos no deseados. Y si crees que manteniendo a los adolescentes en la ignorancia vamos a lograr ese objetivo, estás tostado del mate.
Lo que importa a la sociedad general es la suma de las felicidades de sus integrantes. Y, aunque se lo encuentre abominable, los adolescentes seguirán teniendo sexo. ¿Qué prefieren como sociedad, sexo con embarazos no deseados y enfermedades sexuales, o sexo sin los anteriores males? Porque la tercera opción, cero sexo, es más inejecutable que el protocolo de Río de Janeiro, y no se evitará manteniendo en la ignorancia a la población.
Pero, bueno, no le voy a pedir peras al olmo... a fin de cuentas, en el mismo artículo, Pascual convoca a:
[...] prohibir la importación de la mayoría de anticonceptivos, por considerarlos tóxicos y peligrosos para la salud como el DIU (Dispositivo Intrauterino), el condón y la píldora.
Claro, ¿cómo no? Siempre hay un entrometido que preferiría obligarnos vivir a todos en un mundo repleto de niños odiados y no deseados, porque es "lo que Diosito quiere".