Lo propio y lo ajeno
Entendemos por lo propio lo que es de uno. Entienden los ajenos?
Contrario a lo que dicen algunos limitaditos últimamente — no importa quién — no hay cosa más sagrada que hacer lo que te dé la gana (pacíficamente) con tu propiedad.
El mismo término — propiedad — indica que lo tuyo te pertenece. Del hecho de ser propio de tí, se desprende que, moralmente, éticamente, y — en sociedades construidas sobre la decencia — legalmente, puedes disponer de lo tuyo como te dé la gana. Puedes ocultarlo, comprarlo, venderlo, regalarlo, prestarlo, alquilarlo, y por último, si te da la regalada gana, destruirlo. Es lo propio hacer lo que uno quiera con lo propio, y la base de toda sociedad moral es justamente ese derecho.
Lo contrario de lo propio es lo ajeno. En una sociedad sana e incorrupta por mentiras, disponer de lo ajeno siempre es delito e inmoral.
También entendemos que es Justamente eso lo que los limitaditos desean. Cómo podemos saber eso? Pues es fácil deducirlo a través de las mentiras que cuentan.
Lo entendemos porque esos limitaditos quieren engañar y manipular a la gente. Ellos tratan de hacer creer a los demás que es sucio o inmoral disponer de lo propio a la conveniencia de su dueño. Ellos generan resentimiento y envidia entre las personas, con la ya gastada mentira de que tener éxito es de codiciosos y egoístas. Mientras se empapelan los bolsillos con tus billetes, ellos lavan los cerebros de sus víctimas, diciéndole a la gente que aquel que se niegue a renunciar lo propio — obviamente, entregando lo propio a los limitaditos, cómo no? — es mezquino. Ellos se revelan en la mentira, porque aquellas corruptas normas que te quieren imponer con culpas, humillaciones y leyes, ellos mismos jamás las cumplen.
Es el plan de ellos destruir tu derecho a tu propiedad, e imponerte toda clase de prohibiciones que les faciliten a ellos malhacerse de lo que es tuyo. Ese es, y siempre ha sido a través de la historia, el plan de todo aquel que se quiere malhaber a gran escala de lo que le pertenece a los demás. El jueguito de los limitaditos es bien conocido a través de la historia, porque siempre se repite. Sea Stalin, Castro, Chávez o Kirchner, todos se hacen multimillonarios, todos son muy eficaces en hacerse ricos sin un sólo día de trabajo honrado, y todos siguen el mismo patrón: cada vez más prohibiciones, más restricciones, y más castigos, siempre dirigidos contra quienes usan y protegen lo propio; cada vez más pretextos para robarte lo tuyo... y enriquecerse ellos, claro está.
Por eso, estando informado del plan que tienen estos "amigos" de lo ajeno para disponer de lo tuyo, mientras tengas la oportunidad de proteger lo tuyo contra sus pérfidos deseos, siempre será noble hacer todo lo que esté en tu poder para que los limitaditos ni se enteren de lo que es tuyo, ni te lo puedan robar. Saca tu dinero del país. Compra Bitcoin o metales preciosos. Haz lo que tengas que hacer.
Y lo más importante es esto: jamás dejes que te convenzan de que, protegiendo lo tuyo, estás haciendo el mal. Puede que te roben hasta la última camiseta, pero siempre serás libre en tu mente.
Nunca lo olvides: ellos sí que creen en las normas de propiedad... cuando se trata de aferrarse a lo que ellos han robado. Pero ellos quieren normas para tí que les faciliten robarte. Es tu tarea y tu obligación copiarles el celo con el que ellos ocultan y vigilan todo lo que le han quitado al prójimo, y aplicarlo a la protección de lo tuyo. Porque es tu propiedad. Porque es lo propio.
Haz lo correcto. Prívalos de lo tuyo.