El "secreto" continúa su marcha imparable hacia la mitología urbana

publicado 25/11/2007, Última modificación 26/06/2013

No sé si ya se hayan enterado, pero esa gorda fea de Oprah Winfrey lo tiene en la punta de la lengua, y millones de norteamericanos están convencidísimos de que funciona. ¿De qué hablo? Del famoso The secret, best-seller que ahora llegará a tu televisión más cercana.

Voy a explicar muy rápidamente de qué mierda se trata esto de The secret (el secreto). De acuerdo al libro (y a los trailers del "fenómeno simulcasteado mundialmente"):

  1. existe un secreto,
  2. que ha sido guardado celosamente por los más poderosos y millonarios,
  3. que ha sido prohibido por la Iglesia,
  4. y cuyos conocedores obtienen todo lo que desean.

Permítanme ahorrarles unos dólares, unas horas y un coraje monumental. ¿Saben en qué consiste el secreto? Consiste en "pedirlo". Lo que quieras, lo tienes que pedir, como que lo rezas y se lo pides al niño Dios y ¡bam, lo tienes! Porque, reza la hipótesis, el poder de la palabray del amor es milagroso -- y la ley de la atracción es universal.

¿Cómo puede una persona adulta puede ser tan imbécil para creer eso? Una cosa es pedirle al ratoncito Pérez dos dolaritos por tu diente a los 4 años... pero otra mucho renunciar al más elemental sentido común y creer en este abyecto y purulento fraude.

Así es: la estupidez ha infectado a tanta gente, que no sólo millones de personas han comprado este fraude de "autoayuda", sino que estos ingenuos boboalegres juran y perjuran que les funciona. A tal nivel ha llegado la histeria colectiva por esta estupidez, que yo he tenido que gastar las teclas de mi teclado para denunciar algo que hasta el chimpancé más experimentado en aventar heces fecales entendería por asinino.

Las únicas razones para que este libro sea best-seller son, a saber:

  • la imbecilidad no es un recurso escaso; me atrevería a decir que es un recurso inagotable por lo renovable, y autopoiético por los estúpidos que copulan y alumbran como conejos;
  • la gente está desesperada por algo que les dé esperanza, y existen defraudadores dispuestos a hacer lo que sea para lucrar de ello; especialmente máquinas tragamonedas multimillonarias como este libro;
  • este fraude es promocionado con todos los elementos psicológicos indispensables para convencer a las masas estúpidas: teorías de conspiración, truthiness (apariencias de veracidad), apelaciones a sentimientos, alegatos de divinas pomadas y soluciones milagrosas, etcétera;
  • el libro plantea una nueva "religión"-- de la variedad más conveniente, porque si quieres desearle el mal al prójimo o tener sexo con sidáticos sin enfermarte, básicamente lo único que tienes que hacer es sentirlo con muchas, muchas ganas ("mucho amor", le dicen ellos) en tu pancita, y ¡presto!.

Este libro (y todo el movimiento y la maquinaria de marketing detrás de él) es un cáncer que ahoga el sentido común, invita a los ingenuos a tomar decisiones y derroteros destructivos, y siembra un gravísimo riesgo moral en la mente de la sociedad: si todo lo que tengo que hacer para obtener algo es desearlo, ¿importan acaso las consecuencias inmediatas de mis actos?

Y recién ahora voy a hacer la crítica que, a mi modo de ver, es la más contundente: es mentira. No hace falta ser un Einstein para entender que una fantasía lunática nunca se hará realidad sin una acción que la medie -- y si todo lo que necesitas para obtener lo que quieres es una acción, pues -- ¡puta, manos a la obra! ¿Para qué necesitas creer en una mentira?

¿Compraste este libro? Bótalo. No veas la "película". Y dejemos que la gorda fea de Oprah Winfrey se ahogue en sus palabras; sólo con verla ya sabemos que este cuento de hadas es falso -- nadie puede ser tan feo sin haber deseado no serlo... y yo no la veo menos fea últimamente.