"El que no vota, vota por el status quo"
Perversa mentira fácil de desenmascarar.
A veces escuchamos a gente normalmente sensata decir cosas como: "quien no vota está votando por el político ganador".
No hay cosa más falsa. Analicemos. Tras esa frase, se encuentran dos falsos principios fácilmente refutables:
- Quien se rehúsa a expresarse por un punto de vista, está necesariamente de acuerdo con lo que los otros le impongan.
- Si nadie votase, igual ganaría un político.
"Si nadie votase, igual ganaría un político"
El segundo punto es el más fácil de refutar. Si nadie votase, para comenzar ni siquiera existiría un Gobierno. Mal puede existir un Gobierno que dice tener el poder en virtud de una mayoría, cuando no hay nadie que apoye esa presunción. Si nadie los apoyara, la gente -- que supera vastamente en número a los gobernantes -- simplemente identificaría a esos parásitos como usurpadores del poder y los asesinaría a tiros o sacaría de los edificios que ocupan. Y no, no habría militares o policías que ayudaran a estos hijos de puta a permanecer en el poder, porque si nadie votase, estos secuaces o no existirían para comenzar, o no obedecerían las órdenes de los parásitos.
Es decir: el Gobierno sólo existe porque la gente, o cree firmemente en la mentira de que el Gobierno es necesario y sin Gobierno habría caos, o tiene miedo de imaginarse cómo sería un mundo sin esos parásitos. El Gobierno tiene el poder que tiene por el terror que los gobernantes inflingen en el ciudadano común.
"Quien no se expresa, acepta lo que le impongan"
Experimento mental: un asalto a mano armada. Tú le entregas las llaves de tu auto al ladrón sin chistar, porque sabes lo que te espera si te resistes (a saber: plomo en el pecho). Es evidente que uno se está rehusando a expresar su punto de vista, pero que eso no significa que uno esté de acuerdo con que lo roben a uno, así que el principio es falso al menos en una instancia y por tanto no es un principio válido.
Ahora, siempre que uno señala esta verdad, aparece la típica queja ad hoc de que "Pero votar es un acto pacífico, que no involucra amenazas contra la persona". A lo que se puede responder facilito: eso es total mentira -- al menos en el Ecuador, quien se rehúsa a votar está sujeto a una serie de amenazas violentas expresamente concebidas para esa persona. Ejemplo: trata de abandonar el país sin la papeleta de votación, y vas a ver cómo te detienen en Migración por la fuerza, y si te resistes plomo contigo (exactamente igual que resistirte a un robo). O trata de comprar un terreno, abrir una cuenta de banco, u otros trámites -- rapidito vas a descubrir que nadie va a querer hacer esos negocios contigo, ya que esas personas también están amenazadas con la violencia si se atreven a hacer esos negocios contigo.
Y cuando uno señala estos ejemplos, siempre aparece la objeción "Ah, pero es que esos son los castigos que dicta la Ley". Con lo cual el estatista valida mi tesis: es verdad que no votar acarrea castigos y es verdad que se usa la violencia para infligir esos castigos. El hecho de que las amenazas y la violencia en este caso sean indirectas y estén codificadas en unos libritos mágicos, no significa que no existan o que esa violencia y amenazas se conviertan en un acto pacífico.
En fin de cuentas, es totalmente falsa esa mentira de que quien no se expresa, está aceptando lo que le impongan. Si no crees en la democracia, igual estás obligado a votar por la fuerza si quieres desarrollar una vida normal como todos los demás. Y mal puede venir alguien a decirte que "estabas de acuerdo con el robo" porque te tuviste que dejar robar -- quien te diga eso está pervirtiendo totalmente causa y efecto para hacerte culpable de tu condición de víctima.
Pero, ¿y el que vota nulo? ¿No se atiene al candidato ganador?
Pues no, obvio. ¿Por qué habría de interpretarse un voto nulo de esa manera?
Experimento mental: Me dan a escoger entre entre diez ladrones para que me roben, y un papelito para que marque la careta de mi preferido. Yo digo en voz alta "ninguno de ellos" y dibujo un miembro viril en el papel. Supón que después de esa elección, uno de los ladrones se impone por sobre los demás.
¿Significa eso acaso que yo me pronuncié por que me robe alguno de ellos? No pues, por supuesto que no -- de hecho con el venoso pene que dibujé estoy expresamente rechazando que me roben, que no acepto que nadie lo haga. Otros pueden expresarse en favor de su ladrón favorito -- eso nada dice de mi propia preferencia.
A lo que la gente responde "Ah, pero así dicta la Ley que se deben interpretar los votos nulos". Ja. Si yo te digo directamente que rechazo totalmente que me roben, y el Articulo 22545 de la Ley dice que mi rechazo debe interpretarse como autorización para que me roben, ¿qué tiene más lógica? ¿Que mi rechazo mágicamente se convierte en autorización por el Hechizo del Articulo 22545? ¿O, más bien, que quien escribió el Articulo 22545 es un mentiroso que te engañó para que te resistas a aceptar lo que tus propios ojos y oídos pueden constatar?
¿Quiénes son los verdaderos responsables del Estado democrático y sus nefastas consecuencias?
A decir verdad, son los votantes quienes expresan su deseo de escoger quién va a amenazarlos y subyugarlos. Cada persona que vota (voluntariamente) está diciendo "Sí, yo quiero que un perfecto extraño con ínfulas de emperador, que se cree un sabelotodo y a quien yo le valgo un pepino, me diga cómo tengo que vivir mi vida y me castigue si no le obedezco." Quien se abstiene de votar o vota nulo, por simple oposición de realidades, está diciendo exactamente lo contrario.
Cada vez que escoges un candidato porque apoyas sus políticas, estás afirmando continuamente que estás de acuerdo con el uso de la violencia contra gente pacífica para que se le imponga a la gente tu parecer (técnicamente el parecer del megalómano por el que votaste, que antes de las elecciones se asemeja a tu parecer, y después de la victoria es totalmente lo opuesto); y, obviamente, estás implícitamente aceptando que se te impongan cosas a tí por la fuerza. Pero eso no puedes decir de quien trata de abstenerse de votar, o vota nulo -- esa persona está expresando su total rechazo al uso de la fuerza con fines políticos, y lo está haciendo bajo obligación impuesta por la fuerza.
Me parece un acto de suprema cobardía y corrupción que un creyente en la democracia le dé la vuelta a esa realidad y pretenda decirle a quien votó nulo o a quien no votó que él es responsable de las consecuencias de tener un Gobierno, cuando no pudo expresarse más claramente en contra del mismo. Me parece que, si votas por un ladrón, y el ladrón te caga, es de lo más vulgar, irresponsable e incluso insultante que pretendas echarle la culpa de tus actos y tu infortunio a quien explícitamente rechazó el robo por principio.
Pero puedo entender por qué ese creyente dice lo que dice.
¿De dónde viene este mito?
Pero, veamos, ¿de dónde viene este mito tan popular?
No hay que ir muy lejos para darse cuenta de dónde.
Me viene a la mente una historia sobre los vagabundos, que van de ciudad en ciudad y nunca se quedan en un solo lugar. Mucho dinero y tiempo se gastó en tratar de investigar e inventar complicadas teorías para explicar por qué ellos prefieren estar moviéndose a quedarse en un sólo lugar. Pero no fue sino hasta que se les observó en la realidad, y se les preguntó: resulta que si se quedan en un sólo lugar, los meten presos o les pegan los mismos policías. Cosa tan fácil de averiguar y nadie se molestó en averiguarlo usando sus propios ojos.
Lo mismo aplica acá: sólo hay que visitar las clases de una escuela y escuchar una clase de cívica. Es ahí donde le infectan a los niños el cerebro con doctrinas pro-autoridad; qué absolutamente cobardes y abusivos, comienzan con los niños porque saben que los niños están obligados a ir al colegio, naturalmente confían en sus figuras de autoridad, y si se resisten a repetir como loros esas sandeces "educativas" en la lección, los castigan con malas notas. El colegio es un inmenso lavado de cerebro donde los futuros adultos aprenden a obedecer sin criterio y sin chistar, a pretender que el mal y la violencia se convierten en virtudes si son perpetradas por ciertos individuos con superpoderes o disfraces mágicos, a bajar la cabeza ante la autoridad, a repetir las justificaciones que la autoridad usa para imponer sus caprichos, y a atacarse mutuamente a quien se salga del status quo.
Y, claro, las clases de cívica son clases de religión y de dogma estatales -- el currículum de dichas clases es universalmente aprobado por el Estado (escuela que enseñe que el Estado es malévolo es suspendida inmediatamente y como es de esperarse con la violencia si es necesario) donde les enseñan a los niños a repetir sin pensar "La democracia es lo mejor", "El que no vota es un irresponsable cívico", "Si no existiese el Papá Gobierno todo sería un caos", y otras sandeces que naturalmente resultan en adultos con daño cerebral pedagógico, que no pueden siquiera imaginar cómo sería un mundo en donde estos parásitos no existan.
En serio -- no es necesario ver más allá de la realidad infantil para darse cuenta de dónde salen los mitos que los adultos repiten sin pensar.