El caso a favor de la pornografía y la prostitución

publicado 06/11/2007, Última modificación 20/07/2020

De una u otra manera, una minoría (grande y muy vocal, pero minoría) de individuos autoritarios siempre ha intentado y probablemente continuará intentando prohibir la pornografía y la prostitución. Veamos por qué es inútil hacerlo.

Cualquier persona con un entendimiento elemental de economía podrá comprender que la demanda es la que produce y en última instancia controla la oferta. Si alguien quiere comprar algo, eventualmente alguien más decidirá hacer dinero vendiéndolo.

Lo mismo sucede con la pornografía y la prostitución.

Como no podemos controlar la demanda -- no creo que los hombres se sometan voluntariamente a castraciones masivas -- lo único que queda es controlar la oferta, prohibiendo la pornografía.

¿Qué sucede cuando alguna fuerza restringe artificialmente la oferta? Bueno, la demanda y el deseo de la gente de hacerse rica obviamente conspiran para crear un mercado negro, porque ambos factores son mucho, mucho más fuertes que las leyes. Por ende, el mercado negro termina existiendo (más temprano que tarde).

El problema con los mercados negros es que son completamente irregulables y tienen precios artificialmente inflados, por lo cual son muy, muy lucrativos. Estos tres fenómenos terminan generando toda clase de prácticas inescrupulosas -- tráfico humano, asesinatos, maltrato, fraude, robo y demás. ¿Quieren un ejemplo? Miren al negocio internacional de tráfico de drogas, y lo entenderán.

Por consiguiente, al ilegalizar la pornografía o la prostitución, las consecuencias reales son mucho peores que la intención tras el acto. Es irrelevante cuán "feo" o "inmoral" encontremos un acto sexual, por pornográfico y abominable que sea -- lo único que interesa es que al prohibirlo, creamos una serie de problemas mucho, mucho peores y más tristes que lo que intentábamos evitar. Obviamente que no vamos a permitir, como sociedad, el tráfico humano, los asesinatos, el maltrato, el fraude y el robo -- tiene sentido que estos actos estén prohibidos y penados -- siempre y cuando recordemos que, al prohibir la pornografía y la prostitución, empeoramos la situación.

Los autoritarios tienen que entender que sus ideas personales de moralidad son irrelevantes e inútiles. Lo único que importa es la realidad -- especialmente las consecuencias de las prohibiciones. Porque si no evaluamos las consecuencias, las terminaremos viviendo.

Pero no me voy a hacer ideas... no pretendo convencer a los autoritarios moralistas de que sus ideas están equivocadas (sin importar cuán convencidos estén, y cuán intensamente "sientan que tienen la razón") y son peligrosas para la sociedad, porque su capacidad de ignorar los hechos y la lógica excede mi capacidad de comprender su estupidez.

Actualización: ¡qué interesante! Días después de escribir este artículo, la revista Reason publica un artículo propio basado en un nuevo estudio que demuestra que la pornografía disminuye (en lugar de aumentar) la violencia sexual.

Actualización: lee mi artículo en favor de la legalización de las drogas.