¿Departamento de censura? ¡Idiotas!

publicado 16/05/2005, Última modificación 26/06/2013

¿Departamento de censura? Quienes claman por él no saben lo que piden.

En este momento voy a decir una verdad muy penosa: la mayor parte de la gente es idiota. Etimológicamente: no sabe vivir en sociedad.

Que la televisión ecuatoriana proyecta basura asquerosa en horarios de menores, es una realidad. Que el marketing sexualice a los prepúberes para convertirlos en máquinas de consumo perpetuo, es una realidad. ¿Por qué? Porque la gente consume esos mensajes con avidez. Sea por falta de educación, morbo o desequilibrio, la basura sigue en la tele porque pega, porque sube los ratings.

Hasta ahí, todo está claro. El problema radica en que un departamento de censura hará exactamente lo que está llamado a hacer: censurar. ¿Cuál discurso censurará? Es muy probable que un departamento de censura sea utilizado para reprimir lo que las minorías deseen decir, en favor de las mayorías. Hoy podrían ser las "malas palabras". Mañana podría ser el discurso de quienes denuncian a los corruptos. Como verán, es muy fácil cooptar un departamento de censura para intereses personales, especialmente en nuestro País.

Pienso que los idiotas son quienes reclaman un departamento de censura. ¿Por qué? Porque no saben vivir en sociedad: son intolerantes que le están exigiendo a la sociedad lo que debe escuchar y decir, lo cual atropella el derecho sagrado que cada uno tiene de vivir como le plazca, dentro de los límites de la Ley y el Derecho. Son intolerantes que quieren imponer su mentalidad "light" y "sana", pero falsa, que no corresponde con la pluralidad de la sociedad, y están asistidos por padres perezosos, que quisieran no tener que imponer su palabra.

Un departamento de censura no es la solución. La solución está en manos de los padres. Papá, mamá, desconecten la tele, lleven a sus hijos a jugar fútbol y cómprenles libros. Y este entrenamiento para la vida debe comenzar muy temprano - no pretendan hacerlo cuando sus hijos tengan siete años.

¿Qué vendrá después? ¿Quemarán Playboys en el parque del Centenario, al estilo Nazi de los 1930s? ¿Instalarán cortafuegos en la Internet ecuatoriana, al estilo de la China del año 2005? ¡Las libertades no están garantizadas! ¡Tienen que luchar por ellas!