Abuelita tarada roba libros de educación sexual

publicado 29/08/2008, Última modificación 26/06/2013

Una abuelita acabada en el estado de Maine, EE.UU., se robó el libro Es perfectamente normal: cuerpos cambiantes, madurar y salud mentaloptical communications de dos bibliotecas públicas. La veterana adujo que:

Me he horrorizado lo suficiente con las ilustraciones y los contenidos amorales, anormales y sexualmente gráficos. No voy a regresar los libros.

Si no regresa los libros hasta el Viernes, la meten presa. Aquí entre nos: ojalá purgue cana harto rato. Sí, ya me van a decir que "la abuelita tiene derecho a creer lo que le dé la gana" y que "pobrecita, entiéndela, es de otra época". La verga:

  1. La abuelita es de esta época, le guste o no,
  2. Ella tiene que respetar la propiedad pública como todos los demás.
  3. ¿Para qué cuernos quiere los libros, si tienen "imágenes horrorizantes" como las de un pipí?
  4. Sus creencias son indefensibles; hoy sabemos a ciencia cierta que "los pipís y las cucas" (especialmente en un libro de educación sexual) ni son amorales, ni son anormales, ni tienen por qué horrorizar a nadie.

Es muy claro lo que la vieja quiere hacer: ella quiere imponerle al resto de la gente sus obtusas y estúpidas ideas de que el sexo, la vagina y el pene son sucios e inmorales. Ella puede creer todas las estupideces que le plazcan, pero está absolutamente senil si cree que le va a cagar la suerte a los demás, quitándoles el acceso a la educación sexual.

Como dice el dicho: ¿No te gusta el sexo? Entonces no culees, pero deja vivir a los demás.

Repito: cada uno es libre de creer lo que quiera. Pero también está obligado a responder por las consecuencias de sus creencias. Cree estupideces, harás estupideces y pagarás por estupideces.

Actualización: me recontra cago de la risa, el primer comentario en el artículo original dice: Por supuesto que la vieja tiene derecho a decidir lo que los demás pueden leer. Ahora sí, con su permiso, voy a ir a la biblioteca -- tengo que prestar los Torahs, las Biblias y los Coranes.