Mis enemigos

publicado 27/08/2010, Última modificación 26/06/2013

Mis enemigos:

  1. No son tipos con turbantes que hablan en árabe.
  2. No son tipos con rastas que fuman mariguana.
  3. No son extraños desconocidos que viven en otros países.
  4. No son extraños desconocidos que quieren cruzar líneas imaginarias para venir a trabajar acá.
  5. No son hombres y mujeres que quieren casarse con gente de su mismo género sexual.

Mis enemigos son:

  1. Los que me quitan a la fuerza la mitad de lo que yo me gano con mi trabajo.
  2. Los que me impiden ejercer actividades económicas sin su permiso.
  3. Los que me dicen qué puedo y no puedo consumir, en qué me tengo que gastar mi esfuerzo y en qué no.
  4. Los que me quitan a mis hijos por doce años y los ponen en campos de concentración donde la lección número uno es que ellos nacieron para aburrirse, y la lección número dos es que la obediencia ciega a la autoridad es el valor más caro y que los desobedientes son una basura.
  5. Los que tienen delirios de grandeza y pretenden saber cómo organizar mi vida y la vida de los demás, mejor que yo.
  6. Los que intentan imponerme su falsa idea de "moral" por la fuerza.
  7. Los que se inventan complicadas e hipócritas mentiras para justificar sus actos -- como el bien común, o el contrato social, o la democracia -- y las infligen a la población; especialmente cuando lo hacen con niños que aún no están en edad de razonar y resistir estas patrañas.

Son psicópatas bien conocidos que viven aquí mismo; avivatos que viven de mi esfuerzo; tipos que se pasan escribiendo órdenes mágicas, y que con estas órdenes o directamente matan o enjaulan a quienquiera que se resista y las resista.

Muerte a los que agreden al prójimo.  Incluyendo a mis enemigos.  Muerte a la idea de que estas basuras son necesarias.  Muerte a la locura de que la sociedad deba organizarse como una familia, con autoproclamados papitos y mamitas, que inventan reglas arbitrarias y castigan a adultos como si fueran criaturas (pero mucho más brutalmente).

Y si tú los apoyas, y no te das cuenta de que tu apoyo contribuye a legitimizar las locuras de estos psicópatas... despiértate.