La obsesión con ocultar nuestros defectos

publicado 24/08/2006, Última modificación 26/06/2013

Oigan,

Se han dado cuenta de que cuando a alguien se le pregunta sus defectos, nunca dice:

  • gordo,
  • feo,
  • flaco
  • nariz chueca,
  • dientes torcidos

o cosas por el estilo, sino que dan respuestas emo como:

  • criticón,
  • fosforito,
  • impaciente,
  • selectivo

Me voy a librar de pecado para poder Yo voy a tirar la primera piedra. Yo soy flaco. ¿Qué chucha?

Ahora, una aclaración. La definición de "defecto" en el contexto de este artículo será la siguiente: si tienes algo tostado por afuera que hace que algunas personas se incomoden, o que te causa problemas para atraer al sexo opuesto (o el mismo sexo, si eres gay), eso es un defecto, y punto.

Si tienes la nariz torcida, en lugar de andar racionalizando utopías como "esta sociedad es una huevada, ¿por qué no me quieren como soy?", mejor te la arreglas y punto. Puedes pedirle tolerancia a la gente, pero no puedes exigirle que les agrades. Y si te vale trozo lo que diga la gente y puedes vivir sin sexo, pues bien por ti. Me cuentas cuando te bañes la siguiente vez.

La gran mayoría de personas, cuando se sinceran con respecto de sus defectos en público, en lugar de decir defectos físicos, cita "defectos" de personalidad, y en muy pocos casos de repente cita como mucho un solo defecto físico. Incluso la gente más asquerosamente fea hace eso. Haz una encuesta simple, y compruébalo por ti mismo: pregúntale a la gente "cuáles son tus defectos" y toma nota de cuántos son fallas de carácter en contraste con defectos físicos.

Yo creo que esto se debe a que la gente está acostumbrada a imágenes inalcanzables con respecto a la belleza física de las personas (a fin de cuentas, es lo primero que vemos, y los medios nos lo meten por los ojos constantemente). Y seamos sinceros, si eres feo, se puede decir que más o menos estás jodido. En todas partes del mundo. Especialmente con el sexo opuesto.

En consecuencia a la gente le resulta muy difícil aceptar o notar conscientemente sus propios defectos físicos, y prefiere deludirse psicológicamente ("en realidad no tengo la nariz tan chueca", "unas 60 libritas de menos y estoy en mi peso ideal"). Además, como hablar del aspecto de otros es más o menos tabú, ni siquiera preguntándole a otros te enterarías de la verdad sobre lo que otros opinan de tu propio aspecto, porque muy probablemente te van a mentir. La forma más eficaz de averiguarlo es hacer que alguien te filme o pedir filmaciones donde tú salgas y auditarte a tí mismo en comparación con la gente que podrías considerar "atractiva".

En resumen: es fácil decir "soy criticón" porque cualquiera te lo tolera en calidad de "falla de carácter"... pero si tienes los dientes chuecos o sucios, trata de levantarte una hembra (o macho) o conseguir un camello bien pagado y te estrellarás con la realidad.