En el Ecuador, vas preso si "insultas" al "Estado"

publicado 12/11/2009, Última modificación 26/06/2013

No es broma. Hay más castigo para quien se dice "ofende al Estado" que para quien calumnia a una persona.

Artículo 128 del Código Penal.

"El que públicamente, y fuera de los casos previstos en este Código, incitare o fomentare por cualquier medio el separatismo, o el que ofendiere o vilipendiare a las instituciones públicas o a la Fuerza Pública, el que cometiere cualquier burla o desacato, con palabras o acciones, contra la Bandera, el Escudo o el Himno de la Patria, será reprimido con prisión de seis meses a tres años y multa de quinientos a mil sucres."

Sacado de Guayaquil Insumiso (excelente blog, por cierto).

Es imposible ofender al Estado. Es imposible porque el Estado no existe. Todo lo que existe son edificios, personas, autos, metralletas, aviones, et cétera. El Estado, siendo una entidad ficticia, mal puede tener raciocinio o sentimientos, por lo que mal puede el Estado "ofenderse". De esto se desprende la siguiente deducción: los que se sienten ofendidos son los que se autodenominan empleados del Estado y/o sus masoquistas defensores. Es decir, he aquí una ley con nombre y apellido para darle más poder y privilegio a la clase gobernante, y asustar a los gobernados para que ninguno se atreva a señalar las mentiras con las que estos parásitos gobernantes justifican su sistemática agresión a los demás seres humanos. Dicho en forma de ejemplo: nadie puede osar decir "¿pero si eso es un pedazo de tela, por qué rayos me voy a arrodillar ante eso?" puesto que, aún siendo esto absolutamente cierto, no faltará alguien que "se ofenda". Es como los curas que dicen que Dios se ofende cuando uno insinúa que los dioses o no existen o son malévolos, cuando en realidad son ellos los que están buscando alguna forma de manipularte o castigarte para que te calles.

Oh, ¿pero qué será de la pobre Patria? No se preocupe, colega, que los esbirros del Estado estarán prestos a apuntarlo a uno con una metralleta y meterlo a una jaula de violación y SIDA si a uno se le ocurre reírse de un pedazo de tela. Y claro, como es lógico, si tú le mentas la madre a un policía o siquiera le haces una mueca, dalo pero por sentado 100% que va a haber violencia (tolete o plomo) contra tí, pero si el policía te pega a tí primero, "entonces ahí si todo está bien, pégale más duro, como se atreve ese alevoso a faltarle el respeto a la autoridad". Hasta ese punto llega la tiranía de los mitólogos que lucran con nuestro dinero. ¿Sabes hasta qué nivel llega el lavado de cerebro y la estupidez humana? Abre los ojos: los esclavos defienden las injusticias y los privilegios que perpetran los tiranos -- van y votan por sus tiranos, les hacen marchas, les regalan dinero para sus campañas, atacan y marginan a los que no aceptan el status quo, y se sienten bien cuando el tirano de turno les roba su dinero. ¿Sabes lo eficaz que tiene que ser la propaganda para lograr que los esclavos se ataquen entre sí con el objetivo de preservar el poder del tirano?

Insisto: la inconsistencia y la estupidez de la gente no les permite percatarse del gigantesco "Yo sí pero tú no" que es la base del privilegio de sus tiranos, y la apelación a la autoridad el vehículo de esta gran mentira. Es, literalmente, la fuente de todo mal. Una vez que tú aceptas unas reglas para tí y otras reglas para los gobernantes, ya es muy tarde: la tiranía se apoderó de ti. Y la puta hora en la que me arrodillé delante de la bandera en la "jura de la bandera" (ritual para lavarle el cerebro a los adolescentes y generar incondicional obediencia) -- nunca más me vuelvo a postrar ante un símbolo de algo que detesto con todas mis vísceras.