El kit detector de bazofia

publicado 03/01/2009, Última modificación 26/06/2013

Hace algunos años, el inigualable Carl Sagan desarrolló un juego de "reglas de buen cubero" para separar la verdad de la chatarra. Aquí están.

  1. Siempre que sea posible, debe hacerse una verificación independiente de los "hechos".
  2. Diferentes conocedores de la materia deben haber debatido la evidencia desde múltiples puntos de vista.
  3. Los argumentos basados en la autoridad no tienen validez -- las "autoridades" con frecuencia se han equivocado en el pasado, y lo volverán a hacer en el futuro.  Tal vez se entienda más fácil esta regla si decimos que en la ciencia no hay autoridades, sólo hay expertos.
  4. Hay que investigar más de una hipótesis.  Si hay algo que queda por explicar, piensa en más de una explicación.  Después, inventa pruebas que puedan servir para falsificar ("descomprobar") sistemáticamente cada una de las alternativas.  Lo que sobreviva a las pruebas, casi necesariamente tiene que ser la explicación real.
  5. Trata de no amarrarte a una hipótesis sólo porque tú la inventaste.  Recuerda que la hipótesis es sólo una estación en el camino a la verdad.  Pregúntate por qué te gusta la hipótesis.  Compárala con otras alternativas.  Trata de descubrir razones que te permitan rechazarla.  Si no lo haces, otros lo harán.
  6. Mide.  Si lo que estás explicando puede ser medido objetivamente, será mucho más fácil discriminar entre hipótesis.  Lo que es vago y cualitativo está siempre abierto a muchas explicaciones.  Por supuesto, hay muchas verdades por descubrir en el campo de los asuntos cualitativos, pero siempre es más fácil operar cuantitativamente.
  7. Si hay una cadena de argumentos en tu hipótesis, todos los vínculos en la cadena deben ser válidos (incluyendo la premisa) -- no solamente unos cuantos.
  8. La navaja de Occam.  Esta regla de buen cubero te indica que, cuando tienes múltiples hipótesis que explican la evidencia igualmente bien, te irá mejor si escoges la hipótesis más sencilla.  Simple, en este contexto, significa aquella hipótesis que depende del menor número de proposiciones no validadas.
  9. Siempre pregúntate si tu hipótesis puede ser, al menos en principio, falsificada.  Las propuestas que no se pueden probar, que no se pueden falsificar, simplemente no sirven.  Aquellos escépticos que dudan de tu hipótesis deben ser capaces de reproducir y verificar tus experimentos para ver si ellos obtienen el mismo resultado.
El artículo original está aquí.