De celos, tolerancia, respeto y amistad

publicado 29/06/2006, Última modificación 26/06/2013

Broder, como tú bien dices... eh, se me olvida.

En todo caso, tá todo muy bien si la gente quiere tener sus propios valores diferentes a los nuestros. En este caso, para la man, un valor rescatable y positivo es demostrar celos y que te los demuestren.

Tambien está bien si esas personas tienen valores que conflictúan con (más allá de ser diferentes de) los nuestros.

Lo que no está bien es cuando los valores ajenos comienzan a afectarlo a uno. Afortunadamente, en tu caso, aún no te han afectado directamente. Pero, ¿qué hubiera sucedido si, acaso, el celosillo decide llevar sus amenazas a consecuencia?

Dejemos de lado momentáneamente el hecho de que yo personalmente convoco a los Saverio para que lo muelan al tipo. Hay gente que es perfectamente capaz de "correrte plomo" porque tú piensas diferente y ellos sienten que con tus actos tú "invades su territorio" (el tema de la baja autoestima de este tipo de personas queda para otro artículo).

Sí, ¡hay gente que siente que los demás no tienen derecho a expresar sus opiniones, y se sienten invadidas e intimidadas, y quieren eliminarlos (eliminarnos a los librepensadores) de la Tierra! Qué bueno saber que (mayormente) la ley nos protege. Y qué triste percatarse de que este es un consuelo de pobres, porque las leyes se compran.

Regresando al caso particular de tu ex-amiga (ya que los amigos están ahí uno para el otro, sin importar las circunstancias o la conveniencia), yo no digo que te "desaparezcas" como dices en tu artículo. Yo digo que de ahora en adelante la ignores por completo, para siempre. Digo que la castigues con tu más abyecta indiferencia.

¿Por qué? Porque yo pienso que era obligación de la man haberte defendido y respaldado frente de su marido. Es el marido el que estaba equivocado, porque (más allá de lo que él pueda creer, y aunque estén casados) es un hecho reconocido (y tanto que es reconocido legalmente) que cada uno (sí, la esposa también) tiene libertad individual. Es decir, el marido no tiene derecho a obligar a la mujer a hacer X o Y cosa, incluso si esa cosa es andar con otro hombre. Exceptuando la infidelidad, que no es tu caso, y que además a lo único que titulariza legalmente al engañado es a terminar con el matrimonio, pero a nada más.

Cada vez que pienso en esto recuerdo que antes era permitido "darle bala" a las mujeres infieles en la cama de la casa de uno. Sí, señor, esto pasaba en el Ecuador bestial donde vivimos.

Más allá de que la man se deja mangonear por el marido (que no interesa para efectos de este sesudo análisis), pienso que es obligación de un amigo defender a otro cuando un tercero interviene para dañar la amistad (especialmente cuando es por las perversas razones que este tipo ha demostrado). Sin excepción.

Y esa es la razón por la que considero que ella no vale la pena ni para tenerla de conocida. Después de que no te quiso defender, ¿prestarle un poquito de atención? ¡Ni en broma! Eso sería casi no quererse.

Yo sé que habrán medio-sesos que no estén de acuerdo conmigo, y que digan "aunque pegue y aunque mate marido es", de esta vulgar manera o de formas más refinadas, como "nono, el matrimonio va por encima de la amistad o del individuo". A ellos les informo: qué bueno saber que ya la sociedad está cambiando (primero con la ley, y después con las prácticas) para dejarlos obsoletos. Obsoletos.