Curas ¿milagrosas?

publicado 05/06/2007, Última modificación 26/06/2013

¿Gusanos en las heridas? ¿Enfermarte con virus para curarte una infección? ¡Secretos bien guardados que funcionan!

Gusanoterapia

Gangrena. La sola mención de esta palabra conjura el peor terror en una persona herida.

Las heridas grandes y difíciles de curar suelen llevar a gangrena y, obviamente, a la amputación de miembros. ¿La causa? Infección combinada con mala circulación. Usualmente los médicos intentan hacer un procedimiento llamado debridement, que consiste en remover la carne podrida de la herida -- pero lamentablemente un cirujano no es perfecto.

¿Solución? Gusanitos. Las larvas de las moscas verdes tienen la asombrosa propiedad de comerse la carne muerta, dejando a la viva intacta. Te llenan la herida con gusanos esterilizados vivos, y ellos hacen el trabajo de quitarte la carne infectada y muerta, mucho más perfectamente de lo que un médico podría hacerlo. Además, secretan poderosos antimicrobiales (sin duda alguna, para protegerse ellos mismos) que desinfectan la herida y estimulan su curación.

¿Por qué no es más conocida? Porque cuando se inventó la penicilina, los médicos de la época dijeron que la terapia con gusanos había quedado obsoleta. Poco sabían ellos en aquella época que para tratar heridas abiertas, los gusanos son tan o más efectivos que los antibióticos.

No, esto no es una estafa como la acupuntura o la orinoterapia -- a diferencia de esas huevadas, la gusanoterapia está avalada por centenas de estudios médicos.

Más información en Wikipedia (incluyendo referencias a publicaciones médicas serias).

Fagoterapia

No, no es terapia a base de faggots, es terapia a base de phages -- virus que destruyen a sus víctimas. Lo interesante es que sus víctimas no son células del cuerpo humano -- son bacterias.

Descubierta en lo que alguna vez fue la Unión Soviética, el principio es sencillo: los virus inyectan su carga genética en sus víctimas y las utilizan para producir millones de copias de sí mismos, lo cual gasta a sus víctimas y las hace explotar, muriendo y liberando el ejército de nuevos virus listos para atacar a más víctimas. Este proceso se repite sin necesidad de intervención adicional mientras sigan bacterias vivas.

¿El procedimiento?

  1. Identificar, mediante un cultivo, la bacteria que produce la enfermedad. A diferencia de un antibiótico de amplio espectro, un tipo de phage sólo puede atacar a un tipo de bacteria.
  2. Multiplicar los phages que la atacan en un caldo de cultivo.
  3. Centrifugar el caldo para separar los phages.
  4. Aplicarlos al enfermo.

¿Ventajas? En primer lugar, no se usan antibióticos, por lo cual no hay efectos secundarios. En segundo lugar, si las bacteria mutan para protegerse, los phages muta para seguir atacándola, y reacciona incluso más rápidamente. En tercer lugar, los phages sólo atacan a las bacterias, dejando todo lo demás como estaba. En cuarto lugar: todos los problemas de resistencia a los antibióticos quedan convenientemente en el pasado -- con esto, es posible curar a los enfermos con bacterias multiresistentes, como las peligrosísimas comecarne (flesh-eating bacteria).

La única desventaja es que hay que cultivarlos específicamente para el tipo de bacteria que aquejan al enfermo, lo cual no siempre es posible. Oh, y obviamente no es posible curar enfermedades producidas por virus.

Referencia en Wikipedia.

Fantástico, ¿no?

Estas dos terapias son los perfectos ejemplos de pensamiento lateral. A pocos se le hubiera ocurrido estos tratamientos -- por fortuna, sólo bastó con unos cuantos experimentadores y unas pocas observaciones clave.

Si algo podemos concluir de esta pequeña pieza, es que todo lo que conocíamos sobre nuestros cuerpos es muy poco comparado con lo que aprenderemos. Mientras tanto, esperemos poder seguir aprendiendo más; ojalá logremos eliminar las barreras culturales y burocráticas que aún impiden la aceptación de estas innovadoras curas.